Una máquina virtual es una aplicación que se ejecuta sobre tu ordenador actual para emular ordenadores adicionales, todo dentro del mismo dispositivo físico.
Las máquinas virtuales tienen la capacidad de emular un sistema operativo independiente (llamado invitado) y, por lo tanto, un ordenador independiente en el interior del sistema operativo actual (llamado anfitrión o host). Esta instancia independiente aparece en su propia ventana y se suele aislar como un entorno completamente autónomo, aunque la interacción entre el sistema operativo invitado y el anfitrión suele estar permitida para algunas tareas tales como la transferencia de archivos.
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Motivos para utilizar una máquina virtual
Hay muchas razones por las que es posible que quieras ejecutar una máquina virtual, siendo una de ellas es el desarrollo o prueba de un software en varias plataformas sin utilizar realmente un segundo dispositivo. Otro motivo podría ser el de acceder a las aplicaciones que son nativas de un sistema operativo diferente al que estés utilizando en este momento. Un ejemplo de esto sería querer jugar a un juego exclusivo para Windows cuando lo que tienes es un Mac.
Además, las máquinas virtuales ofrecen un nivel de flexibilidad en términos de experimentación que no siempre es factible en un sistema operativo que se encuentre instalado como principal. La mayoría de las aplicaciones para crear máquinas virtuales permiten tomar instantáneas del sistema operativo invitado, a las cuales se puede volver más adelante si algo sale mal, como en el caso de que algunos archivos clave del sistema se corrompan o se produzca una infección por parte de algún malware.
Por qué las empresas podrían necesitar usar máquinas virtuales
A una escala más grande, sin ser a nivel personal, muchas organizaciones implementan y mantienen varias máquinas virtuales.
En lugar de tener un gran número de ordenadores individuales en funcionamiento en todo momento, las empresas optan por tener un conjunto de máquinas virtuales alojadas en un subconjunto mucho más pequeño de potentes servidores, ahorrando dinero no solo en espacio físico, sino también en electricidad y mantenimiento. Estas máquinas virtuales pueden controlarse desde una única interfaz administrativa y son accesibles por los empleados desde sus propias estaciones remotas de trabajo, las cuales a menudo se encuentran distribuidas en múltiples ubicaciones geográficas.
Debido a las características de aislamiento que tienen las instancias de las máquinas virtuales, las empresas pueden permitir que los usuarios accedan a sus redes corporativas a través de esta tecnología en sus ordenadores personales, lo que aumenta la flexibilidad y reduce los costes.
Tener el control total es otra de las razones por las que son una alternativa atractiva para los administradores, ya que cada máquina virtual puede manipularse, iniciarse y detenerse instantáneamente con solo un simple clic del ratón, o accediendo mediante la línea de comandos. Uniendo esto con la capacidad de monitorización en tiempo real y la supervisión de seguridad avanzada, las máquinas virtuales se convierten en una opción bastante viable.
Limitaciones de las máquinas virtuales
Si bien las máquinas virtuales son ciertamente útiles, existen notables limitaciones que debes conocer de antemano para que tus expectativas de rendimiento sean realistas. Aunque el dispositivo que aloje a la máquina virtual posea un hardware potente, la instancia virtual en sí misma puede funcionar significativamente más despacio de lo que lo haría el propio ordenador de modo independiente. Los avances en cuanto a soporte de hardware en las máquinas virtuales han recorrido un largo camino en los últimos años, pero lo cierto es que esta limitación nunca se eliminará por completo.
Otra limitación bastante obvia es el coste. Además de las tarifas asociadas con algunas aplicaciones para crear máquinas virtuales, se necesita instalar y la ejecutar un sistema operativo. Aunque se trate de una máquina virtual, en algunos casos se requiere de una licencia del sistema operativo o de otro método de autenticación. Sin embargo, esto siempre va a depender del sistema operativo en particular que se elija.
Por ejemplo, si quieres ejecutar una instancia de invitado de Windows 10, necesitas una clave válida de licencia, tal como lo harías si estuvieras instalando el sistema operativo en un PC real. Si bien una solución virtual suele ser más barata que tener que comprar máquinas físicas adicionales, todo suma cuando se necesita un despliegue técnico a mayor escala.
Otra de las limitaciones potenciales a considerar sería la falta de soporte para ciertos componentes de hardware, así como las posibles restricciones de red. Dicho todo esto, siempre que realices tu investigación y tengas unas expectativas realistas, la implementación de máquinas virtuales tanto en tu hogar como en un entorno comercial podría suponer un verdadero cambio en todos los sentidos.
Hypervisors y aplicaciones para crear máquinas virtuales
Según el tipo de ordenador anfitrión que tengas y tus propias necesidades específicas, es probable que exista una aplicación para crear máquinas virtual que pueda ayudarte a alcanzar tus objetivos. A las aplicaciones destinadas a la creación de máquinas virtuales se les da el nombre de Hipervisores o Hypervisors. Estas aplicaciones vienen en múltiples formas, y generalmente se adaptan tanto par el uso personal como para el uso comercial.
Nuestra lista de las mejores aplicaciones para crear máquinas virtuales te ayudará a tomar la decisión correcta.