Hay ciertas diferencias entre la suspensión y la hibernación de Windows:
Cuando se suspende nuestro equipo, éste pasa a un estado de ahorro de energía en el que se desactivan los discos duros y se guardan todos los datos en la memoria para así poder reanudar nuestra sesión en cualquier momento y en tan sólo unos segundos. La suspensión necesita algo de energía para mantener todos los elementos en memoria. No es recomendable desactivarla.
La hibernación, en cambio, guarda todos los contenidos en el disco duro en lugar de guardarlos en la memoria. No se necesita energía para mantener los datos en el disco duro, por lo que el equipo se apaga, teniendo que esperar una mayor cantidad de tiempo cuando queramos continuar nuestra sesión de trabajo. El motivo por el que muchos podríamos querer eliminar la opción de que Windows pueda entrar en estado de hibernación es que una cantidad importante del espacio de nuestros discos duros se reservar para la hiernación, esté el equipo o no hibernando.
Cómo deshabilitar la hibernación en Windows
Al deshabilitar la hibernación ganaremos unos cuantos GB de espacio en nuestro disco duro principal.
Primero tenemos que abrir la consola en modo administrador, algo que podemos hacer de dos modos:
- Vamos a Inicio > Ejecutar, escribimos CMD y pulsamos Enter para abrir a consola.
- En caso de que la consola no se abra en modo administrador, podemos abrirla desde Inicio > Programas > Accesorios, seleccionamos Símbolo del sistema, click derecho sobre Símbolo del sistema y click en Ejecutar como Administrador.
En la consola tenemos que escribir «powercfg -hibernate off» y pulsar Enter.
Esto es todo. Si ahora miramos el espacio libre en nuestra unidades, veremos que al menos en una hemos ganado algunos valiosos GB de espacio.
Cómo habilitar de nuevo la hibernación en Windows
Muy sencillo. Seguimos los mismos pasos que hemos seguido para deshabilitarla y en lugar de escribir «powercfg -hibernate off«, escribimos «powercfg -hibernate on«.